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Rafael Spregelburd desembarcó en la avenida Corrientes con una comedia pesadillesca

Inferno se puede ver los mircoles de septiembre a las 2030 en el teatro Astros
Inferno se puede ver los miércoles de septiembre a las 20.30 en el teatro Astros.

 
El dramaturgo, director y actor Rafael Spregelburd estrenó este miércoles a la noche en el teatro Astros de la porteña avenida Corrientes su comedia pesadillesca «Inferno», que en tono corrosivo y con fuerte vitalidad escénica recorre los oscuros bordes de la delación, la culpa y la tortura sobre el fondo ominoso de los restos de la última dictadura militar.

De a momentos hilarante, en otros divertida y sobre el final oscura, «Inferno» comienza como un juego de las almas cuando dos catequistas irrumpen en la habitación de un periodista de notas turísticas en su resaca matutina luego de una trasnoche de alcohol para informarle que el infierno fue abolido por decreto Vaticano.

Lo que podría ser un alivio se transforma sin embargo en una encrucijada existencial por cuanto el pasaje de la materialidad a la metáfora del infierno supone su pertenencia al orden del lenguaje y por tanto su presencia absoluta en la Tierra y en el presente ante lo cual es necesario escapar de él.

Para esto, las catequistas proponen al periodista, que las atiende en calzoncillos y soquetes, una suerte de juego de postas-escenas en las que deberá ir consiguiendo cada una de las siete llaves de la virtud (humildad, caridad, castidad, paciencia, templanza, generosidad y fortaleza) a través de distintas situaciones.

Hábilmente, el texto de Spregelburd esconde sus verdaderas intenciones y todo lo que parece ser, recién muy sobre el final se revela como tal y asume la cara más descarnada de su crudeza material, permitiendo que en la obra, el horror subyacente al estado del periodista pueda ser transitado bajo la forma de la risa, la burla, la exageración, la comedia y el salto de sentido.

Andrea Garrote, que extrema en forma brillante múltiples habilidades interpretativas componiendo cinco personajes diferentes, entre ellos una de las catequistas; y Violeta Urtizberea, la otra catequista, a la altura de su coequiper y cargo de cuatro roles distintos, son las encargadas de mantener arriba la farsa, darle sus contenidos más divertidos y alfombrar el tránsito a la pesadilla entre risas y con actuaciones convincentes y de a momentos adorables.

Hbilmente el texto de Spregelburd esconde sus verdaderas intenciones y todo lo que parece ser recin muy sobre el final se revela como tal
Hábilmente, el texto de Spregelburd esconde sus verdaderas intenciones y todo lo que parece ser, recién muy sobre el final se revela como tal.

 
La escena se completa con Spregelburd como el desorbitado periodista que no termina de caer en la cuenta de lo que sucede y no sabe si todo es una conflagración ilusoria o una oportunidad de salvación, y con Guido Losantos, que funciona en la mayor parte de la obra como una duplicación del periodista, ya sea fantasmal o material; ambos con trabajos convincentes.

También ellos componen varios personajes, pues la obra, al modo de la narrativa de Georges Perec, se abre constantemente en distintas escenas o ficciones que a su vez habilitan otras, en un tránsito dominado por el caos que recién al final encuentra su sentido.

El músico Nicolás Varchausky, exlíder de la primera 34 Puñaladas y cerebro deslumbrante de la escena musical que ya participó con Spregelburd en distintos proyectos, completa la escena, sonorizando con guitarras, platillos, discos y electroacústica el espacio escénico al proponer una banda sonora en vivo ejecutada por él y sus instrumentos y artefactos.

La obra

«Inferno» nació para satisfacer un pedido de un teatro público de Austria a Spregelburd para que armara una obra sobre «El jardín de las delicias» de El Bosco que el dramaturgo argentino transformó en un tránsito sobre la siete virtudes en espejo a los siete pecados capitales de la obra del pintor flamenco y a la que ahora le dio versión local y llevó a escena de su propia mano.

La obra es un enorme collage donde caben infinidad de lenguajes atravesados por el humor y, a esta altura del desarrollo de la sociedad humana, la inevitable corrosión burlesca que se merece el mundo como respuesta a sus asombrosas brutalidades.

Conviven la duplicación, el artificio extremo, la risa, recursos experimentales pero también tonos y diálogos extraídos del más lúcido y picaresco humor de la «calle Corrientes», a la que Spregelburd accede por primera vez con texto propio y como desafío a prejuicios y preconceptos.

Cuándo y dónde

Inferno se puede ver los miércoles de septiembre a las 20.30 en el teatro Astros (Corrientes 746). Tiene dramaturgia y dirección de Rafael Spregelburd, actuaciones de Spregelburd, Andrea Garrote, Violeta Urtizberea y Guido Losantos; diseño sonoro y música en vivo de Nicolás Varchausky, diseño de escenografía e iluminación de Santiago Badillo, vestuario de Lara Sol Gaudini, producción artística de Carolina Ategmayer, producción ejecutiva de Andrea Stivel y Claudio Gelemur.

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