Los conservadores eligen un líder y futuro primer ministro, con Truss como favorita
La ministra de Exteriores británica, Liz Truss, podría convertirse este lunes en la nueva líder del Partido Conservador y nueva primera ministra en reemplazo de Boris Johnson, según anticipan las encuestas, que le dan una ventaja de más de 30 puntos sobre el exministro de Finanzas Rishi Sunak, tras una campaña electoral dominada por el aumento del costo de la vida debido a la inflación y la crisis energética.
Unos 200.000 afiliados de la formación votaron online y por correo en un proceso que finalizó el viernes para elegir al sucesor de Johnson, que renunció el 7 de julio tras una avalancha de dimisiones de sus ministros como consecuencia de varios escándalos que minaron su imagen y le costaron el puesto.
El nombre del sucesor de Johnson se conocerá este lunes en un acto en Londres y la toma de posesión se celebrará al día siguiente en la residencia veraniega de la reina Isabel II de Balmoral, en Escocia. La monarca, de 96 años, modificó la tradición de recibir al primer ministro en el Palacio de Buckingham debido a sus «problemas de movilidad».
El nuevo o la nueva líder «tory» deberá afrontar no solo el alto costo de vida, sino que también estará obligado a convocar elecciones generales antes de enero de 2025.
Quien se imponga en la elección conservadora tomará inmediatamente las riendas del Gobierno para hacer frente a la crisis económica que vive el país, amenazado por las protestas y huelgas en un contexto de inflación descontrolada que alcanza ya el 10% y se encamina a superar el 13% a fin del año.
Muchos conservadores creen que su próximo líder debe abordar la crisis energética, que se suma a la mayor inflación de los últimos 40 años, de forma inmediata o el partido correrá el riesgo de ser derrotado en las próximas elecciones generales.
Mientras tanto, Sunak y Truss, que en julio fueron los dos candidatos elegidos por los parlamentarios conservadores de entre una decena de aspirantes, lucharon durante todo agosto para persuadir a los miembros del partido de que tienen lo necesario para dirigirlo y para conducir el país después de la renuncia de Johnson.
Durante la campaña, Truss, de 47 años, afirmó que no habría nuevos impuestos ni racionamiento energético si se convirtiera en primera ministra y dejó entrever que otorgará más ayudas para garantizar que las personas no enfrenten facturas de energía que no puedan pagar.
Se cree que su primera medida será reducir la tasa del IVA del 20% al 15%, además de otros impuestos para ayudar a los hogares durante el invierno, luego del aumento en el costo anual del gas y la electricidad en más del 80%, con tarifas que superan los 4.000 dólares anuales.
Truss se comprometió también a promover la ayuda y el suministro de armamento a Ucrania porque considera que «es vital la derrota de (el presidente ruso, Vladimir) Putin».
Por su parte, Sunak, de 42 años, que diseñó las medidas de respaldo durante las restricciones del coronavirus, afirmó que su programa no está basado en lo que la gente «quiere oír», sino en lo que «necesita escuchar» y defendió su argumento de que primero hay que combatir la inflación y controlar el déficit, para luego pensar en reducir los impuestos.
Sin embargo, según las encuestas, los miembros del partido creen que ninguno de los candidatos tiene lo que se necesita para lidiar con la difícil tarea de unificar a la agrupación, cuya contienda por el liderazgo se caracterizó por luchas internas, mientras se enfrenta a un contexto de incertidumbre económica.
Para Daniel Ozarow, concejal del Partido Laborista inglés y profesor titular de Gestión de Recursos Humanos en la Universidad de Middlesex de Londres,
en general hay poco entusiasmo entre los británicos por cualquiera de los dos candidatos al liderazgo conservador.
«Ambos fueron miembros leales del gabinete de Johnson a lo largo de todos los escándalos a los que se enfrentaron el Gobierno y el primer ministro», dijo en declaraciones a Télam.
Esto se dio hasta que Sunak aprovechó su oportunidad para rebelarse contra Johnson y ayudó a desencadenar una votación sobre el liderazgo.
«Ninguno de los dos parece entender el sufrimiento diario al que se enfrenta la gente y ninguno ha presentado las soluciones políticas que ayudarán a la mayoría de los ciudadanos a hacer frente a la peor crisis del coste de la vida a la que se ha enfrentado el país en la historia moderna», retrucó.
Sobre Sunak, dijo que su esposa posee una riqueza mayor que la de la monarca británica, fue ministro de Hacienda mientras ambos se beneficiaban de su estatus de «no domiciliada», que le permitía evitar legalmente el pago de millones de libras en impuestos en el Reino Unido, lo que le hizo perder la confianza y algunos le ven como un oportunista.
«Mientras tanto, Truss es popular entre los miembros del partido por considerarse una ‘verdadera azul’, pero es propensa a las meteduras de pata, está obsesionada con el recorte de impuestos y del Estado y ha tratado de emular a Margaret Thatcher en las últimas semanas», acotó.
Pero para Ozarow, mientras el electorado reflexiona sobre cuál de los dos candidatos que pertenecieron a un Gobierno que sumió a la nación en el escándalo asumirá el liderazgo, la verdadera cuestión «es cómo es posible que sólo el 0,25% de la población (los miembros del Partido Conservador) pueda elegir al nuevo primer ministro del Reino Unido que supervisará el caos social y económico».
«Las voces que piden unas elecciones generales son cada vez más fuertes, y el precedente (una parte importante de la Constitución no escrita) se ha establecido en los últimos años cuando Boris Johnson declaró la celebración de unas elecciones generales anticipadas a los pocos meses de ganar el concurso de liderazgo conservador y convertirse él mismo en primer ministro», concluyó.