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«Inferno» agrega funciones en noviembre en el teatro Astral

Infierno en el escenario de la avenida Corrientes
«Infierno» en el escenario de la avenida Corrientes.


La obra teatral «Inferno», del actor y dramaturgo Rafael Spregelburd, agrega funciones en el mes de noviembre y se verá los martes y miércoles a las 21 en el teatro Astros (avenida Corrientes 746), donde estrenó en septiembre pasado.

Definida por su autor como «una comedia amarga, donde el equívoco y el caos tienen cierta gracia», «Inferno» cuenta con música en vivo de Nicolás Varchausky.

De a momentos hilarante, en otros divertida y sobre el final oscura, «Inferno» comienza como un juego de las almas cuando dos catequistas irrumpen en la habitación de un periodista de notas turísticas en su resaca matutina luego de una trasnoche de alcohol para informarle que el infierno fue abolido por decreto Vaticano.

Lo que podría ser un alivio se transforma sin embargo en una encrucijada existencial por cuanto el pasaje de la materialidad a la metáfora del infierno supone su presencia absoluta en la Tierra y en el presente ante lo cual es necesario escapar de él.

Para esto, las catequistas proponen al periodista, que las atiende en calzoncillos y soquetes, una suerte de juego de postas-escenas en las que deberá ir consiguiendo cada una de las siete llaves de la virtud (humildad, caridad, castidad, paciencia, templanza, generosidad y fortaleza) a través de distintas situaciones.

Spregelburd con Andrea Garrote Violeta Urtizberea y Guido Losantos
Spregelburd, con Andrea Garrote, Violeta Urtizberea y Guido Losantos.

Hábilmente, el texto de Spregelburd esconde sus verdaderas intenciones y todo lo que parece ser, recién muy sobre el final se revela como tal y asume la cara más descarnada de su crudeza material, permitiendo que en la obra, el horror subyacente al estado del periodista pueda ser transitado bajo la forma de la risa, la burla, la exageración, la comedia y el salto de sentido.

Andrea Garrote, que extrema en forma brillante múltiples habilidades interpretativas componiendo cinco personajes diferentes, entre ellos una de las catequistas; y Violeta Urtizberea, la otra catequista, a la altura de su coequiper y a cargo de cuatro roles distintos, son las encargadas de mantener arriba la farsa, darle sus contenidos más divertidos y alfombrar el tránsito a la pesadilla entre risas y con actuaciones convincentes y de a momentos adorables.

La escena se completa con Spregelburd como el desorbitado periodista que no termina de caer en la cuenta de lo que sucede y no sabe si todo es una conflagración ilusoria o una oportunidad de salvación, y con Guido Losantos, que funciona en la mayor parte de la obra como una duplicación del periodista, ya sea fantasmal o material; ambos con trabajos convincentes.

«Yo quería trabajar con la idea del infierno como un espacio moral convencional que de pronto se disuelve y debe encontrar otro lugar, más incómodo, entre las palabras», explicó Spregelburd en charla con Télam en la previa del estreno de la obra, a comienzos de septiembre.

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