El argentino Mariano Biasin compite con «Sublime» en Horizontes Latinos
El deseo, la confusión y el futuro como un gran enigma para un grupo de adolescentes en una pequeña ciudad de la costa son los temas de «Sublime», de Mariano Biasin, que compite en la sección Horizontes Latinos de San Sebastián.
Sentado en el lobby del hotel en donde se hospeda en el elegante barrio Amara de la ciudad vasca, el director porteño habló con Télam un día antes de la Avant Premiere de su película en una de las salas del Kursaal, la sede central del festival.
«Apareció la idea de un joven que se despierta de un sueño un poco confuso y que ese sueño le altera su vida», cuenta Biasin sobre la idea seminal del proyecto.
«Sublime» está centrada principalmente en Manuel (Martín Miller), un chico de 16 años, está saliendo con Azul (Azul Mazzeo) y toca el bajo en una banda junto a su mejor amigo, Felipe (Teo Inama Chiabrando), de quien inesperadamente empieza a sentirse atraído.
El director recuerda que se nutrió de numerosas películas que vio durante la pandemia que abordaban la adolescencia. «Me sirvieron de referencia en cuanto a cómo viven los adolescentes el vértigo en estas etapas y esa sensación de verdad que transitan en ese momento», explicó.
– ¿Por qué elegiste contar la historia de adolescentes en su tránsito a la adultez en tu primera película?
– Antes de hacerla dirigí un cortometraje en el 2015 para la película colectiva «Historias breves» y de alguna manera fue la confirmación de que podía hacer mi propia película, después de muchos años de ser asistente de dirección. Después hice otro corto, que tenía bastante humor y aventuras, que ganó en la categoría Generation en el Festival de Berlín y en ese momento mi productor Juan Pablo Miller me propuso estirar la historia para que fuera un largo. Le empecé a darle vueltas al asunto pero yo no quería hacer la misma historia del corto, quería algo que tuviera menos comedia, un poco más de drama y ahí apareció la idea de un joven que se despierta de un sueño un poco confuso y que ese sueño le altera su vida.
– La película refleja esa época de la primera juventud en donde todo es a todo o nada.
– En gran parte fue entender muchas películas. En la pandemia tuve como un año y medio para trabajar más profundamente el guion y en ese tiempo vi un montón de películas que me sirvieron de referencia en cuanto a cómo viven los adolescentes el vértigo en estas etapas y esa sensación de verdad que transitan en ese momento. Y tuvimos un entrenamiento de tres meses bastante intenso, con mucha aporte de la directora de casting María Laura Berch, que ayudó mucho a construir todos estos momentos pequeños pero intensos.
– En la historia que contás la música tiene una presencia fuerte. ¿Cómo llegaste a que no solo fuera la banda de sonido de «Sublime» sino que se constituyera como un elemento dramático?
– Para empezar a mí me gusta mucho la música, grabé algunos discos con las bandas que integré, entonces entiendo que puede ser un hecho interesante lo de una banda de amigos compartiendo en una sala de ensayo, con muy bajos recursos pero con muchas expectativas y además, de la canalización del mundo interno a través de las canciones, sobre todo del protagonista en donde cuenta lo que le pasa a través de las canciones. Muchas veces en las películas aparecen actores haciendo de músicos y se nota un poco el artificio, así que para nosotros fue un objetivo fuerte que esa banda sea lo más realista posible desde el sonido que lo diseñamos con Gaspar Sheuer y Emilio Cervini, que tenía que representar a esta banda de estos chicos de la costa que viven en un pueblo y que quisieran vivir en la ciudad.
– La películas de adolescentes que van o viven en la costa es casi un género del cine argentino de los últimos años. ¿Por qué elegiste un pueblo como lugar en donde transcurre la historia?
– Nunca me imaginé una historia así en la ciudad, me gustaba más que los personajes estuvieran un poco corridos de un centro tan urbanizado, pero también aclaro que no son solo los chicos, también quise mostrar cómo observa este grupo y esta familia el conflicto de Manuel, porque no es una película para adultos en donde los adolescentes se quedan afuera, ni tampoco es al revés, quise integrar las dos cosas. Pero volviendo a la historia principal de la película, la primera decisión sobre el protagonista fue sacarlo de la ciudad y después pensarlo en un pueblo, me parecía que como el conflicto del personaje tiene cierto hermetismo, lo mejor era colocarlo frente al mar, como una manera de que tenga posibilidad de proyectar en esa inmensidad.
– En el relato también hay una segunda línea que tiene que ver con los conflictos familiares. ¿Qué rol juegan sus padres en la confusión del protagonista?
– El mundo de los padres es su entorno más inmediato, es el modelo de familia más clásico y tenía que estar. No sé, me parece que es algo que le suma a la historia pero tenía que elegir bien qué mostrar, porque tengo la sensación que un personaje como Manuel no estaría tan atento a las coyunturas de lo que pasa en su familia. Yo quería que los que se asomara tuviera alguna sensación, más que nada era mostrar que algo no estaba en orden en su familia, sin saber bien de qué se trata.
– ¿Qué significa para vos y la película haber participado primero en Berlín y ahora en la competencia de Horizontes Latinos en San Sebastián?
– Todavía no lo puedo creer, lo trato de disfrutar lo más posible, es un orgullo y lo primero que me aparece el agradecimiento a todas las personas que colaboraron con la película, me sale mucho en esa conciencia del trabajo en equipo, me siento muy afortunado y muy agradecido con la gente que me acompañó en esta aventura. Y claro, este recorrido de la película es un estímulo para lo que venga de ahora en más.