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Antes del ataque, Rushdie había advertido sobre las amenazas contra la democracia en India

Salman Rushdie firm una solicitada de la organizacin de autores PEN America
Salman Rushdie firmó una solicitada de la organización de autores PEN America.

Pocos días antes de ser apuñalado en el escenario de un evento en Nueva York, el escritor Salman Rushdie decidió ser parte de una antología y firmó una solicitada de la organización de autores PEN America en la que se advierte sobre las «graves preocupaciones sobre el rápido empeoramiento de la situación de los derechos humanos en la India», junto a otros 102 intelectuales que buscan enviarle un mensaje al gobierno de aquel país.

La carta de PEN America -una organización fundada en 1922, con sede en la ciudad de Nueva York que trabaja para defender y celebrar la libertad de expresión en los Estados Unidos y que Rushdie llegó a presidir- se dirige al presidente Droupadi Murmu, en coincidencia con el 75 aniversario de la independencia de la India tras el dominio británico.

“Escribimos para expresar nuestra grave preocupación con respecto a las innumerables amenazas a la libertad de expresión y otros derechos fundamentales que se han ido acumulando constantemente en los últimos años, desde que el gobierno liderado por el partido Bharatiya Janata llegó al poder», sostiene el texto firmado por Rushdie, quien nació en la India y que además cuenta con la ciudadanía inglesa y norteamericana.

“Escribimos para expresar nuestra grave preocupación con respecto a las innumerables amenazas a la libertad de expresión y otros derechos fundamentales que se han ido acumulando constantemente en los últimos años, desde que el gobierno liderado por el partido Bharatiya Janata llegó al poder»

“Lo instamos a apoyar los ideales democráticos que promueven y protegen la libre expresión en el espíritu de la independencia de la India, y restaurar la reputación de la India como una democracia inclusiva, secular, multiétnica y religiosa donde los escritores pueden expresar puntos de vista disidentes o críticos sin amenazas de detención», piden de los autores en el texto que también lleva la firma de Jhumpa Lahiri, Ayad Akhtar, Kiran Desai, JM Coetzee, Elif Shafak, Colm Tóibín y Anne Tyler.

Rushdie permanece en el hospital después haber sido atacado el viernes en un festival literario, pero le quitaron un ventilador mecánico. El hombre sospechoso de atacarlo, Hadi Matar, se declaró inocente el fin de semana de los cargos de intento de asesinato, durante una breve comparecencia ante un tribunal que le negó la libertad bajo fianza.

Además de firmar la carta, el autor también escribió un breve artículo para «PEN America’s India at 75», una colección de ensayos de autores de la India y de la diáspora india. La consigna que resolvieron los autores fue expresar qué sentían ante “una aceleración de las amenazas contra la libertad de expresión, la libertad académica y los derechos digitales, y un aumento en el troleo y el acoso on line” desde las elecciones indias de 2014.

En su artículo, Rushdie reflexiona sobre la historia colectiva de “Hindustan Humara”, traducida al inglés como “nuestra India”, que implicaba «celebrar los festivales de los demás y creer que toda la diversidad de la tierra nos pertenecía a todos. Y continúa después: “El sueño de compañerismo y libertad está muerto, o cerca de la muerte. El Anillo Gobernante, se podría decir, ha sido forjado en el fuego de un Mount Doom indio”. Rushdie propone, al final del texto, un camino de reconciliación: «¿Se puede crear alguna nueva confraternidad para oponerse a ella?».

No es la primera vez que el autor se manifiesta a favor de la necesidad de vivir en la diversidad y sostener la otredad como una garantía democrática. En 2012, durante una larga entrevista que concedió a la BBC, Rushdie advirtió que «nadie tiene derecho a que no lo ofendan».

«Ese derecho no existe en ninguna declaración que haya leído. Si alguien se ofende, es tu problema y no pasa nada: muchas cosas ofenden a mucha gente». Y después, llevó esa reflexión al mundo de la literatura, los libros y su propia experiencia con la censura de sus textos: «Podría entrar en una librería y señalar algunos libros que encuentro muy poco atractivos en lo que dicen. Pero no se me ocurre quemar la librería. Si no le gusta un libro, lea otro. Si empieza a leer un libro y decide que no le gusta, no está obligado a terminarlo. Leer una novela de 600 páginas y luego decir que le ha ofendido profundamente… bueno, eso es esforzarse mucho para sentirse ofendido».

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