De la tensa relación con Lady Di a nuevo rey: el perfil de Carlos III
Carlos, figura de la corona inglesa que despertó más rechazo que aceptación en la opinión pública por su historia de infidelidad durante el desafortunado matrimonio con la princesa Diana de Gales y las investigaciones sobre sus organizaciones benéficas, se convirtió este jueves en el nuevo rey del Reino Unido y será conocido como Carlos III.
El hijo mayor de la reina Isabel II, quien murió a los 96 años, y del príncipe Felipe, duque de Edimburgo, fallecido el año pasado, era el heredero al trono que más tiempo tuvo que esperar para ascender en la monarquía británica, superando incluso a su tatarabuelo Eduardo VII, quien asumió el trono con más de 59 años de edad.
Nacido en Londres el 14 de noviembre de 1948 en el Palacio de Buckingham, Carlos fue príncipe de Gales desde 1958, entre otras nominaciones reales, y mantiene el mayor número de compromisos públicos en el Reino Unido.
Educado en las escuelas Cheam y Gordonstoun, las mismas que su padre, asistió luego a clases en 1996 en el campo de Timbertop, Victoria, Australia. Después de obtener un título en artes en el Trinity Collegue, sirvió a la Marina real británica entre 1971 y 1976.
En 1982, se casó con la princesa Diana, conocida como «Lady Di», y tuvo dos hijos: los príncipes Guillermo, ese mismo año, tercero en la línea de sucesión, y Enrique, en 1984. Pero en 1996 la pareja se divorció en el marco de un caso de infidelidad de ambas partes.
Meses después, Diana murió en un accidente de tránsito, ocurrido en París el 31 de agosto de 1997, y en 2005 Carlos se casó por segunda vez con Camila Parker Bowles.
Como príncipe de Gales, Carlos asumió deberes oficiales en representación de la reina y los reinos de la Commonwealth. Así fundó la organización benéfica The Prince´s Trust y alrededor de 400 organizaciones de caridad.
También creó conciencia sobre la agricultura orgánica y el cambio climático, iniciativas por las que ganó el reconocimiento de varias organizaciones ambientalistas que premiaron su trayectoria.
En 1992 fundó la cadena de alimentos ecológicos Duchy Originals, cuyas ganancias son destinadas a la filantropía.
Apoya además la medicina alternativa, incluyendo la homeopatía, por lo que es criticado en la comunidad médica.
Sus puntos de vista sobre el rol de la arquitectura en la sociedad y la conservación de edificios históricos fue a veces bien recibida por los arquitectos británicos y los críticos del diseño.
En 2018, Carlos recibió el premio GQ al «Hombre del año», por dedicar su vida a la filantropía, durante una ceremonia realizada en la Tate Modern de Londres.
«Siempre he creído que vivir en un planeta con recursos finitos significa que tenemos que reconocer que hay que poner ciertos límites y constricciones en nuestra ambición humana, para lograr mantener la viabilidad del planeta», sostuvo, durante una entrevista en la versión británica de la revista británica GQ.
Más allá de su esfuerzo por revertir su imagen en la opinión pública, marcada por la infidelidad durante el matrimonio de Lady Di, un ícono mediático, figura de la moda y el símbolo de la belleza hegemónica, ya en 2010, una encuesta de la agencia británica ICM Research arrojaba que la mayoría de los británicos preferían que su hijo Guillermo fuese el próximo monarca, saltando a su padre en la línea sucesoria.
La asunción de Carlos al trono llega en momentos en que se tambalea por investigaciones sobre sus organizaciones benéficas.
En los últimos meses, la Fundación del Príncipe fue acusada de negociar el título de caballero y la ciudadanía británica para un donante multimillonario saudita y en junio pasado se reveló que el Príncipe había recibido casi 3 millones de dólares de un jeque de Qatar para una organización benéfica, incluido un pago en una maleta que se le entregó personalmente en Clarence House en 2015.